En la primera parte de esta serie, nos referimos al aspecto político de los sucesos en Venezuela. Dado que el poder político lo ejerce una sola persona y ese poder es ilimitado, concluimos que en Venezuela existe una dictadura encubierta, en camino al totalitarismo. Como indicamos, el Sr. Hugo Chávez controla prácticamente todas las instituciones políticas como el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, las Fuerzas Armadas y el Consejo Nacional Electoral, entre otras. El camino al totalitarismo del Sr. Chávez es posible sólo si, además de las instituciones políticas, monopoliza el poder económico en sus manos. En esta parte de nuestra serie nos referimos al aspecto económico del régimen del Sr. Chávez en Venezuela, dado que tiene un impacto tanto en el aspecto político como en lo social.
La libertad económica le da sustento a las libertades políticas y civiles, en la medida que las personas pueden elegir sus propios destinos, intercambiar y relacionarse con los demás, sólo si se respeta el derecho a la propiedad privada. En este sentido, Juan Pablo Duarte entendía que uno de los derechos fundamentales para que una sociedad fuese genuinamente libre era el derecho a la “propiedad de los individuos”, como se lee en su proyecto de Ley Fundamental o Constitución. Para Duarte, el derecho a la propiedad privada era uno de cuatro pilares fundamentales para el ordenamiento de una sociedad libre; los demás derechos fundamentales que menciona son los derechos a la vida, la libertad y el honor.
Desde el punto de vista económico, el Sr. Chávez ha ido centralizando el poder en sus manos, similar a lo que ha sucedido desde el punto de vista político. En este sentido, el Sr. Chávez politizó el Banco Central de Venezuela y la empresa Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) como parte de su estrategia de centralizar todo el poder. En adición al control y politización de la emisión de la moneda local, el Sr. Chávez ha controlado el intercambio del Bolívar con monedas extranjeras, imponiendo precios ficticios en los tipos de cambio, que distorsionan la asignación de recursos escasos en la economía.
El Sr. Chávez ha nacionalizado múltiples empresas y, constantemente, propiedades privadas se ven afectadas para engrosar el poder de este déspota. Se estima que en los 11 años en el poder, el Sr. Chávez ha afectado 40,000 propiedades privadas que incluye desde pequeñas parcelas hasta grandes empresas, cuyos propietarios no han sido compensados por el valor de mercado. Cada día que pasa esta política toma mayor fuerza y dimensiones. En el 2007, el Sr. Chávez estatizó la Electricidad de Caracas, la CANTV (principal proveedor de servicios de telecomunicaciones) y la Franja del Orinoco (extensa zona petrolera de Venezuela); las norteamericanas Exxon Mobil y Conoco se retiraron cuando se planteó formar empresas mixtas por la falta de seguridad jurídica. En el 2008, se estatizaron las cementeras Cemex (mexicana), Holcim (suiza) y Lagafe (francesa); también, la Siderúrgica del Orinoco (italo-argentina en 60%) y el Banco de Venezuela (del grupo español Santander). En los últimos tres meses el régimen del Sr. Chávez ha intervenido, cerrado o nacionalizado 11 bancos y ha intervenido seis empresas operadoras del mercado de valores. Sólo el pasado 17 de enero el Sr. Chávez nacionalizó la cadena de supermercados Éxito (de capital francés, colombiano y venezolano) bajo la excusa que estaban especulando con los precios. Estos son sólo algunos ejemplos de la violación a los derechos de propiedad que suceden a diario en Venezuela.
El Sr. Chávez ha restringido la capacidad de los venezolanos para intercambiar libre y voluntariamente, ha impuesto controles de precios y controles cambiarios para supuestamente limitar los incrementos de precios, y ha restringido el movimiento de mercancía y de capitales privados hacia y desde Venezuela. Con la estatización de los bancos e instituciones financieras, el Sr. Chávez tiene el control del crédito; decide hacia qué sectores se dirige y quién tiene acceso al crédito. Como es de suponer, la dirección del crédito se ha politizado y sólo los que apoyan al régimen tienen acceso al crédito. Obviamente, el principal beneficiado es el régimen del Sr. Chávez, dado que los déficit fiscales se financian con ese crédito.
A pesar de todas las medidas y la expropiaciones de empresas de alimentos y servicios públicos, la escasez de productos y servicios básicos está más presente que nunca en Venezuela. Las medidas del Sr. Chávez han provocado que la inflación haya sido de 25% en el 2009, según cifras oficiales. Con la escasez que se presenta en la actualidad y con el nivel de politización de las instituciones públicas, podemos suponer que la inflación fue mucho mayor de lo que ha reportado el Banco Central de Venezuela. Está claro que en la medida que se profundiza el asalto a la propiedad privada, la situación se agrava.
En la actualidad existe racionamiento de agua y energía eléctrica en Venezuela. Siendo un país petrolero, uno pensaría que no habría problemas de energía eléctrica. Sin embargo, en Venezuela los apagones son parte del diario vivir y el panorama no debe ser extraño para los dominicanos. Para el 2008, en Venezuela no había déficit en capacidad de generación pues se producían unos 22,500 megavatios y la demanda pico rondaba por los 16,000 megavatios. Sin embargo, una tercera parte de la energía se pierde entre ineficiencias y robos; de la mitad que se distribuye, se factura sólo el 50% y sólo la mitad de las facturas se pagan realmente. Más aún, el servicio de energía eléctrica es subsidiado, pero el gobierno no paga a tiempo esos subsidios por problemas fiscales. Junto a la ineficacia gerencial por la politización de las empresas eléctricas, no existen inversiones para el mantenimiento, modernización ni para la expansión de las redes eléctricas.
Cualquier economista sabe que el nivel de producción de un país depende del nivel de inversiones. En la medida que se producen inversiones de capital en una economía, la productividad de los trabajadores aumenta y, en consecuencia, el nivel de ingreso se incrementa. Lo que está sucediendo en Venezuela es todo lo contrario; es decir, existe una des-inversión en la economía venezolana. Las empresas establecidas están abandonando el país, fábricas están cerrando y los capitales están saliendo de Venezuela. El simple hecho de no reponer inversiones para mantener bienes de capitales funcionando óptimamente indica que hay des-inversión en una economía. Es decir, si no se invierte por lo menos en la depreciación de maquinarias y equipos, implica que se está reduciendo el “stock” de capital y, por consiguiente, la capacidad de producción. La falta de seguridad jurídica y la violación a los derecho de propiedad son las principales causas por lo cual la inversión se está reduciendo y no hay incentivos de que se generen nuevas inversiones en Venezuela. En consecuencia, el nivel de ingresos de los Venezolanos se ha reducido y, junto con la escasez y la inflación, la calidad de vida se deteriora día a día.
En resumen, el régimen del Sr. Chávez se ha encargado de limitar la propiedad privada y monopolizar el poder económico para alcanzar su objetivo de controlar a Venezuela en su totalidad. Como siempre, la excusa es que se trabaja para beneficiar al pueblo, pero quienes salen más perjudicados son las grandes mayorías. Sólo la minoría en el poder o que apoya al régimen del Sr. Chávez se benefician. La libertad económica implica una descentralización de las decisiones económicas, que apoya las libertades políticas y civiles en una sociedad. En la medida que el sector privado se expande y se democratiza el poder económico, las organizaciones civiles pueden obtener financiamiento independientes de las decisiones políticas y del Estado. Esto es lo que el Sr. Chávez no acepta, por lo que restringe al sector privado en el proceso de llevar a Venezuela al totalitarismo. Los ideales de Juan Pablo Duarte son radicalmente opuestos a lo que hace el Sr. Hugo Chávez en Venezuela, en la medida que deben respetarse los derechos a la vida, la libertad, el honor y la propiedad de los individuos para alcanzar una sociedad libre.
En resumen, el régimen del Sr. Chávez se ha encargado de limitar la propiedad privada y monopolizar el poder económico para alcanzar su objetivo de controlar a Venezuela en su totalidad. Como siempre, la excusa es que se trabaja para beneficiar al pueblo, pero quienes salen más perjudicados son las grandes mayorías. Sólo la minoría en el poder o que apoya al régimen del Sr. Chávez se benefician. La libertad económica implica una descentralización de las decisiones económicas, que apoya las libertades políticas y civiles en una sociedad. En la medida que el sector privado se expande y se democratiza el poder económico, las organizaciones civiles pueden obtener financiamiento independientes de las decisiones políticas y del Estado. Esto es lo que el Sr. Chávez no acepta, por lo que restringe al sector privado en el proceso de llevar a Venezuela al totalitarismo. Los ideales de Juan Pablo Duarte son radicalmente opuestos a lo que hace el Sr. Hugo Chávez en Venezuela, en la medida que deben respetarse los derechos a la vida, la libertad, el honor y la propiedad de los individuos para alcanzar una sociedad libre.