16 mayo, 2011

Salario mínimo en perspectiva

El tema del incremento del salario mínimo ha sido debatido en diferentes ocaciones y en esta ocasión los debates no han sido muy diferentes.  Generalmente, las posiciones de los empleadores y sindicatos difieren, cuando lo que se discute es cuánto debe ser el incremento al salario mínimo. Generalmente, los argumentos que se usan para justificar la posición de cada grupo giran en torno a la inflación acumulada y/o el monto de la canasta familiar que mide el Banco Central (en el caso dominicano).  En muy escasas ocasiones las discusiones del salario mínimo gira alrededor del incremento de productividad del trabajador.  

El trabajo es un recurso económico vital porque, conjuntamente con otros factores de producción, transforma los recursos escasos en bienes y servicios útiles que satisfacen necesidades/demandas de los seres humanos.  Una relación laboral entre privados es, a su vez, una relación contractual.  El precio que surge del intercambio entre el empleado y el empleador es el salario, que se paga en base a unidad de servicio brindado, generalmente medido en base a tiempo; por hora, semanal, quincenal o mensual.  El trabajo está presente en todo proceso productivo y todos estamos de acuerdo que el incremento de los ingresos de los trabajadores es clave para la mejoría del nivel de vida y un futuro más promisorio.

El tema es cuál es la mejor vía para incrementar los ingresos de los trabajadores y si las regulaciones sobre salario mínimo realmente contribuye a mejorar el ingreso promedio.  A primera vista, parecería que un incremento del salario mínimo es beneficioso porque incrementa los salarios de los trabajadores.  Sin embargo, cuando el salario mínimo está por encima de un nivel que trabajadores voluntariamente están dispuestos a percibir y empresas dispuestas a ofrecer, nos damos cuenta que su aplicación puede ser perjudicial para los propios trabajadores y la economía, en general.  Lamentablemente, las opiniones acerca del trabajo y los salarios involucran un alto nivel de apasionamiento y es un tema altamente politizado.  Esto implica que los principios económicos más básicos se hayan perdido en el camino y no formen parte de las discusiones.

Del lado de la oferta laboral, en la economía dominicana existen personas dispuestas a prestar sus servicios laborales a un precio (salario) por debajo de lo que estipulan las regulaciones de salario mínimo.  Del lado de la demanda, las empresas perciben que muchas personas no aportan al proceso productivo un monto igual o mayor al requerimiento de las regulacines de salario mínimo; por consiguiente, no están dispuestos a emplear a ese nivel de salario. En este caso, lo que provocan las regulaciones sobre salario mínimo es un incremento del desempleo.

En efecto, uno de los factores que ha contribuido a que el desempleo estructural en la República Dominicana se ubique entre 14-20% durante los últimos 20 años son las regulaciones de salario mínimo y otras regulaciones que implican un alto costo para las empresas contratar trabajadores adicionales.  En este sentido, los hacedores de políticas públicas deben procurar flexibilizar las leyes laborales para hacer menos costoso el trabajo en la economía formal, tanto para el empleador como para el empleado.

Otra consecuencia directa de las regulaciones sobre salario mínimo y otras regulaciones que incrementan el costo de adicionar trabajadores a los procesos productivos es la promoción de actividades económicas fuera de los procesos legales, es decir, el incentivo a la informalidad en la economía.  A partir del hecho de que hay personas dispuestas a percibir una remuneración por los servicios laborales que ofrecen por debajo del salario mínimo y las empresas entienden que los aportes a los procesos productivos de algunos trabajadores está por debajo del salario mínimo, la contratación de esos trabajadores se hacen al margen de las leyes vigentes. 

De hecho, el costo de hacer negocios en la República Dominicana es tan elevado que existen miles de empresas, principalmente micro, pequeñas y hasta medianas, que operan totalmente al margen de las leyes.  Es decir, no sólo que contratan personal fuera del marco legal, sino que sus operaciones se realizan sin registro alguno y no pagan impuestos.  En pocas palabras, se recurre a la informalidad cuando los emprendedores perciben que los costos de operar en la economía formal son mayores que los beneficios que ofrece.  Algunos estiman que la informalidad en la República Dominicana representa un 56% de la economía.  Sin embargo, este número puede estar subestimado si consideramos que los negocios ilícitos, los cuales operan de manera soterrada, juegan un papel importante en la economía dominicana.

En resumen, las regulaciones sobre salario mínimo que imponen niveles por encima de lo que los trabajadores están dispuestos a percibir y las empresas dispuestas a pagar ocasionan desempleo y crean un incentivo perverso a los emprendedores de trabajar al margen de las leyes (informalidad).  Las intenciones de los que promueven un mayor nivel de salario mínimo no podemos cuestionarla porque asumimos que toda persona de buena voluntad tiene como objetivo un mayor bienestar económico para los trabajadores y la población, en general.  En este caso, el tema sería: cúal es el medio más apropiado para alcanzar este objetivo?

La única vía para incrementar los niveles salariales permanentemente es aumentando la productividad de los trabajadores.   Un trabajador más productivo puede exigir un mayor nivel de salario y las empresas estarían dispuestas a ofrecer una mayor remuneración por sus servicios laborales porque agregaría mayor valor al proceso productivo.  Ahora bien, la pregunta es cómo se incrementa la productividad de los trabajadores.  Existen diferentes factores que contribuyen a un incremento de la productividad de los trabajadores:

a.    Incremento del nivel de inversión de capital: más maquinarias y equipos permiten a los trabajadores producir más porque los ayuda en sus tareas. El nivel de capital acumulado en nuestro país es bajo porque no brinda un ambiente propicio para la inversión de capital y creación de riquezas.
b.    Nuevas tecnologías en los procesos productivos: mejores maquinarias y equipos implica que se podrá producir más con los mismos factores de la producción.  Es obvio que sustituir una yunta de buey por un tractor implica un incremento de la producción y, en consecuencia, los ingresos del agricultor, por ejemplo.
c.    Mejor formación y adiestramiento profesional: una mejor educación e instrucción hace que los trabajadores puedan agregar mayor valor en los procesos productivos.
d.    Mayor aplicación y disciplina de los trabajadores: personas más responsables y que asumen su trabajo con seriedad son más productivos que otros que no cumplen con sus labores cabalmente.
e.    Mejores procesos organizacionales y productivos: una dirección más eficiente de los gerentes de empresas implica una mayor producción por trabajador.

De nuevo, la única vía para incrementar los niveles de ingresos de los trabajadores permanentemente es por medio de un incremento de su productividad.  Mientras más y mejor capacidad tiene un individuo de ejecutar tareas que son requeridas en los procesos productivos, más valioso será para los que financian y dirigen esos procesos.  Es decir, mientras más productivo el trabajador, mayor nivel de ingresos podrá obtener en el mercado laboral porque los bienes y servicios que produce son valorados por los consumidores y, por consiguiente, por los emprendedores.  Las políticas públicas deben enfocarse en cómo lograr un incremento permanente de los niveles de ingresos de los trabajadores a través del incremento de productividad.